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Nuestra Señora de la Vera Cruz

25 Aniversario

1997 - 2022

Nuestra Señora de la Vera Cruz

25 Aniversario

1997 - 2022

Salve Madre,
Salve Madre,
en la tierra de mis amores
te saludan los cantos
que alza el amor.
Reina de nuestras almas
flor de las flores,
muestra aquí
de tus glorias los resplandores
que en cielo tan sólo
te aman mejor.
Virgen santa,
Virgen pura
vida de esperanza y dulzura
del alma que en ti confía,
Madre de Dios,
Madre mía
mientras mi vida alentare
todo mi amor para ti,
más si mi amor te olvidare,
Madre mía, Madre mía,
más si mi amor te olvidare
tú no te olvides de mí.

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Virgen, foto: David Lamadrid

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ATAVíO DE REINA

Para la salida de la Santísima Virgen de la Vera Cruz cada Jueves Santo, se la viste con el atuendo de Reina. Esta tipología podría relacionarse con la moda cortesana y real. Es sencillo, cuando las reinas de las grandes monarquías europeas tenían sus grandes actos se ponían sus mejores vestimentas para que todo el mundo las viese en su mejor faceta. Nuestra Madre, no es otra cosa, sino que la Reina del Cielo y la Tierra, y por tanto, debe ser vestida con lo mejor que ella posee para su salida procesional.
El terno de Reina fue diseñado por d. Melchor Gutiérrez, y bordado por el grupo de bordadoras y hermanas de la cofradía en el taller creado para tal fin. Consta de saya, cuerpo y mangas, manto y toca de sobremanto.

A grandes rasgos podríamos definir este vestido como la derivación estilística de los vestidos de la nobleza europea. Todo el conjunto cuenta con el sello de su diseñador, que mezcla formas sacadas del barroco, con líneas neoclásicas, y con la sinuosidad propia del modernismo, siempre con virtuosismo y cierta fantasía.
Mientras que las mangas se corresponderían con las mangas perdidas de las damas del siglo XV, la pechera podría relacionarse con los jubones del siglo XVIII, con forma de pico, y que dejan el cuello abierto, en forma cuadrada enseñando las clavículas.

El manto cuenta con el escudo de la cofradía bordado en su parte central, así como una enorme custodia de tipo sol, aludiendo al carácter sacramental de la misma. En su centro está confeccionado en terciopelo negro, mientras que su contorno es de terciopelo verde, imitando el hábito de los hermanos cofrades.

Se completa el conjunto con toca de sobremanto de terciopelo verde bordado y corona dorada, además, este día se le colocan a la Virgen sus mejores joyas, así como la cruz dorada que porta en su mano, y que completa su iconografía
.

ATAVíO HEBRAICO

Con el inicio de la Cuaresma la Virgen adopta el atuendo llamado “hebreo”. Esta modalidad nace en el año 1905, de la mano del sevillano diseñador y bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que
le coloca saya roja y manto azul a la Virgen de la Hiniesta de la misma ciudad. Esta iconografía está directamente relacionada con las representaciones clásicas de María. En el tiempo de Cuaresma, caracterizado por el recogimiento y la austeridad, la Virgen toma los tejidos y colores lisos.

En nuestro caso, el atuendo hebraico de la Virgen de la Vera Cruz es una vuelta de tuerca dada por los diseñadores de José Martín Alta costura, quienes confeccionaron el terno. Este combina el característico color verde de la Vera Cruz, con un discreto estampado de paisley, o cachemiras, que tendría mucha coherencia geográfica con la indumentaria de la Virgen, puesto que este nace en Babilonia, y por cercanía podría haber sido usado por las mujeres hebreas de los tiempos de Jesucristo. Del mismo modo emplea fajín de rayas, que también guarda relación con la indumentaria de la zona geográfica de la Virgen María.

ATAVíO HEBRAICO

Con el inicio de la Cuaresma la Virgen adopta el atuendo llamado “hebreo”. Esta  modalidad nace en el año 1905, de la mano del sevillano diseñador y bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que le coloca saya roja y manto azul a la Virgen de la Hiniesta de la misma ciudad. Esta iconografía está directamente relacionada con las representaciones clásicas de María. En el tiempo de Cuaresma, caracterizado por el recogimiento y la austeridad, la Virgen toma los tejidos y colores lisos. En nuestro caso, el atuendo hebraico de la Virgen de la Vera Cruz es una vuelta de tuerca dada por los diseñadores de José Martín Alta costura, quienes confeccionaron el terno. Este combina el característico color verde de la Vera Cruz, con un discreto estampado de paisley, o cachemiras, que tendría mucha coherencia geográfica con la indumentaria de la Virgen, puesto que este nace en Babilonia, y por cercanía podría haber sido usado por las mujeres hebreas de los tiempos de Jesucristo. Del mismo modo emplea fajín de rayas, que también guarda relación con la indumentaria de la zona geográfica de la Virgen María.

ATAVíO DE LUTO RIGUROSO

Con la llegada del Sábado Santo, Nuestra Señora de la Vera Cruz se viste de luto riguroso. Cristo está muerto, y Ella permanece al pie de la Cruz. Este atavío consta de terno de terciopelo negro, que se completa con mantilla negra, puñal y corazón de plata, regalos de varios devotos. La sobriedad de esta forma de vestirla, hace que sea idóneo para unirse a la procesión de la Soledad de la Virgen por las calles palentinas.

ATAVíO PARA PASCUA DE RESURRECCIÓN

Para este tiempo, la Virgen es generalmente vestida con los colores propios de este tiempo,
combinando saya blanca, con manto rojo. El blanco alude a la Luz de la Resurrección de Cristo, mientras que el rojo, al Espíritu Santo, en relación con la festividad de Pentecostés.

ATAVíO PARA PASCUA DE RESURRECCIÓN

Para este tiempo, la Virgen es generalmente vestida con los colores propios de este tiempo, combinando saya blanca, con manto rojo. El blanco alude a la Luz de la Resurrección de Cristo, mientras que el rojo, al Espíritu Santo, en relación con la festividad de Pentecostés.

ATAVíO PARA SEPTIEMBRE Y OCTUBRE

El color Rojo simboliza la sangre del martirio y la fuerza del Espíritu Santo.  Acorde al color litúrgico empleado para la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, celebrada el 14 de septiembre, la Virgen es vestida de color rojo con el terno que estrenó en 2013.

ATAVíO PARA FESTIVIDAD DE LOS FIELES DIFUNTOS

El color Negro simboliza la preparación espiritual, el luto y el sufragio por los difuntos. La Virgen, como madre de todos, toma el color negro para rememorar el luto por los hermanos difuntos, para la festividad del 2 de noviembre. En este caso se trata de un luto más liviano que el que se le coloca el Sábado Santo, contando con velo blanco, en vez de negro. Consta de saya y manto negro. Puede ser completado con elementos propios de la iconografía del momento, como los corazones de orfebrería.

ATAVíO PARA FESTIVIDAD DE LOS FIELES DIFUNTOS

La Virgen, como madre de todos, toma el color negro para rememorar el luto por los hermanos difuntos, para la festividad del 2 de noviembre. En este caso se trata de un luto más liviano que el que se le coloca el Sábado Santo, contando con velo blanco, en vez de negro. Consta de saya y manto negro. Puede ser completado con elementos propios de la iconografía del momento, como los corazones de orfebrería.

ATAVíO DE ADVIENTO E INMACULADA CONCEPCIÓN

El color Azul simboliza la pureza y la virginidad. Con el comienzo del año litúrgico, en diciembre, Nuestra Señora se viste acorde a los colores empleados para la representación clásica de la Inmaculada Concepción, empleando saya de color blanco, con manto azul. En este caso sus camareras y vestidor suelen emplear el aro de estrellas para colocarle en la cabeza, ya que la Inmaculada Concepción de la Virgen podría relacionarse con el texto del Apocalipsis, donde se habla de Una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y corona de doce estrellas sobre su cabeza. Esta iconografía ya fue representada desde el renacimiento o el barroco; buen exponente de ello es Murillo, y sus inefables Inmaculadas.

La corona es propia de los reyes. María es reina porque su Hijo es rey. Por razones históricas se suele representar a la Virgen con corona real, al estilo de las que lucieron los reyes, como símbolo de plenitud y majestad.
Las estrellas en la corona aluden a las iglesias, según el Apocalipsis, incluso tienen un número de doce, no siempre respetado en las representaciones, en clara referencia a los Apóstoles. María es la "stella matutina", la estrella de la mañana que anuncia la aurora, el nacimiento del Hijo de Dios.
Nuestra Señora de la Vera Cruz como parte de sus enseres, cuenta con cuatro coronas de diferentes estilos con una riqueza artistica y simbólica extraordinaria.
corona
Coronas
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EL PALIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA VERA CRUZ

Procesiona sobre unas espectaculares andas, que son llevadas a hombros por 120 compuesta ambos lados por las efigies de los apóstoles.

La parte delantera por la familia de la Santísima Virgen San Jose, San Joaquin y Santa Ana, y en la parte posterior por los abogados de la Cofradía, Santa Catalina de Siena, San Vicente Ferrer y Santa Elena, todo ello rematado en la parte superior por unos grandes candelabros, obra de D. Melchor Gutierrez san Martín.

Pero sin lugar a duda lo que da una belleza excepcional es su palio de siete varas, con unas bambalinas bordadas en oro y plata, así como el techo del mismo en el que se encuentran bordados los escudos de la orden de Predicadores, el de Palencia y el de la Santísima Virgen, fue bordado y confeccionado todo el por las hermanas de la cofradía, en una ardua labor de bordado, que al final valió la pena y que la Cofradía se lo agradece infinitamente, y bajo la dirección de D. Melchor Gutierrez.