María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»
Esta festividad fue declarada por el Vaticano en 1854, cuando Pío IX a través de la carta apostólica “Ineffabilis Deus” declaró el dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
Como reconocimiento al esfuerzo, Pío IX concedió el “privilegio Español”, que permitía a sacerdotes de España y sus antiguas provincias de Ultramar oficiar vestidos de azul, el color de la Virgen, en la festividad de la Inmaculada y en su octava, es decir, los ocho días posteriores.
Nuestra Señora de la Vera Cruz, Melchor Gutiérrez (1997)